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La Alta Gerencia estaba buscando una metodología probada y efectiva para eliminar desperdicios, mejorar la productividad y mejorar sus márgenes en una industria muy competida. La decisión fue seleccionar dos sendas de valor de punta a punta que tendrían un alto impacto en el negocio y que tenían altas probabilidades de obtención de victorias tempranas. Una de las sendas seleccionadas fue la de facturación. El negocio generaba cientos o miles de facturas todos los meses y existía la hipótesis de que había importantes oportunidades. 

• Esos retos incluían los siguientes:

  • Había múltiples entregas entre equipos de áreas funcionales diferentes que generaban tiempos muertos, ANS que no se cumplían, errores en la entrega que generaban reprocesos y desalineación de incentivos entre las áreas funcionales que participaban en el proceso de punta a punta. 

  • Los incentivos de los equipos involucrados en la senda de valor estaban desalineados y cada actor media el éxito de una forma diferente sin tener en cuenta la medición desde la óptica del cliente. 

  • Generar una factura y radicarla, tomaba cerca de 18 días en un negocio donde el capital de trabajo era un factor crítico de éxito. Estos tiempos lesionaban el ciclo de efectivo desde la organización y eran una causa del alto endeudamiento y de los costos financieros asociados.