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La ilusión del trabajo en equipo


En las 
organizaciones el trabajo en equipo es un espejismo y al mismo tiempo un anhelo

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La Real Academia de la Lengua Española tiene dos definiciones para la palabra “ilusión”. La primera es “Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos”. La segunda es “Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo”.  Es decir, el significado puede asemejarse a lo que es un espejismo y también a lo que es un anhelo.

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Una de las dimensiones que se descubre implementando modelos de gestión basados en LEAN es que en las organizaciones el trabajo en equipo es un espejismo y al mismo tiempo un anhelo. Es decir, es una ilusión en toda la dimensión de la palabra.

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Toda organización tiene dentro de sus valores, competencias o comportamientos esperados, el trabajo en equipo. Todas anhelan que sus equipos trabajen como esos equipos de remo que vimos en los olímpicos donde todos reman en la misma dirección y al mismo ritmo con el objetivo de ganar la medalla de oro. Esos postulados en los valores y competencias se estrellan con la realidad de una mentalidad de silos con un foco funcional que es una característica tan obsoleta e inconveniente como difícil de cambiar.

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Se busca mejorar el trabajo en equipo con espacios de integración. Ayuda, pero es insuficiente. También se diseñan indicadores comunes entre áreas funcionales. Puede ayudar, pero se queda corto. Al final, la inercia organizacional regresa a las personas a “sus esquinas” con su tribu y con su enfoque funcional y de silos.

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¿Qué se requiere para que el trabajo en equipo deje de ser una ilusión?

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Nuestra experiencia en REWIRE vemos por lo menos tres elementos esenciales:

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1. La visión del negocio en términos de “sendas de valor” de punta a punta. Cuando el valor al cliente se entiende por sendas de valor y no por la sumatoria de la excelencia funcional de cada silo, se hace evidente la necesidad de estructuras de trabajo interdisciplinarias y nacen las células de trabajo, coreografías de expertos y otros arquetipos que reúnen en la misma mesa a las personas que, trabajando juntas, maximizan el valor para el cliente sin importar su área funcional

 

2. Romper el paradigma de que las personas deben trabajar bajo “la sombrilla” del área funcional. ¿Por qué los abogados solo trabajan con abogados, los ingenieros de sistemas con otros ingenieros y así sucesivamente? En la mayoría de las organizaciones, tener equipos conformados por personas de diferentes áreas, sigue siendo una rareza y aparecen todo tipo de cuestionamientos de diferente índole para su implementación. Las organizaciones que rompen ese paradigma empiezan a generar valor superior de forma inmediata.

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3. Diseñar un modelo de medición, seguimiento y control que priorice el valor generado al cliente. Si bien las mediciones funcionales no tienen por qué desaparecer, el hecho de que indicadores estratégicos incluyan y privilegien resultados en función de valor generado, envía un mensaje contundente de que el trabajo en equipo es un factor clave de éxito en la organización.

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El trabajo en equipo puede y debe dejar de ser una ilusión. La velocidad del mundo actual, cada vez más digital y cada vez más exigente en términos de tiempos de respuesta, exige una visión basada en el valor y ejecutada por equipos multidisciplinarios donde los silos desaparecen y donde la única “esquina” importante es aquella donde se encuentra la generación de valor.

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Carlos Zuleta L. - Socio Fundador REWIRE

La velocidad del mundo actual exige una visión basada en el valor y ejecutada por equipos multidisciplinarios donde los silos desaparecen y donde importante es la generación de valor

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