El COVID 19 y las Nuevas Formas de Trabajar

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La realidad que se está viviendo en los meses de marzo y abril del 2020 en el mundo entero es una que ninguno de nosotros imaginó posible. Algunos en la comunidad científica y varios líderes políticos habían advertido que podía pasar y que de hecho era muy probable, pero para el ciudadano común es imposible anticipar una realidad que nadie que esté vivo hoy, había experimentado.

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Es fascinante pensar todo lo que puede cambiar a partir de esta crisis. El mundo va a ser diferente, pero nadie sabe con certeza de qué manera. Es probable que cambiemos la forma de movilizarnos, la forma de concebir y ejecutar políticas públicas hacia las personas más vulnerables y sin duda, la forma de trabajar.

 

La opinión que más he oído en estos días en torno a la forma como el trabajo será diferente, tiene que ver con la posibilidad y, de hecho, la necesidad de incorporar el trabajo virtual como una nueva realidad. Muchas organizaciones hasta febrero de 2020 veían en el trabajo remoto una apuesta riesgosa donde se pierde control, se baja la productividad y se genera un caos. Ese paradigma está cambiando a pasos acelerados, pero muchos otros también deben dar un giro de 180 grados. Veamos cuáles:

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1. La forma en que se toman decisiones – la forma tradicional de tomar decisiones basadas en la autoridad piramidal y en el concepto de “comando y control” ya venía siendo muy obsoleta pero esta crisis nos ha dado pruebas más que contundentes de esa obsolescencia. La fricción de los reprocesos, del trabajo navegando la burocracia corporativa de un área funcional a otra, la ausencia de atribuciones y empoderamiento, y el paradigma de que el mundo se divide entre los que piensan vs. los que hacen, pasarán a hacer parte de la historia y del cementerio de organizaciones fallidas. Las empresas post COVID-19 tendrán que entender que la forma de trabajar estará basada en los principios de LEAN, de Agile o de cualquier metodología que comparta estos principios.

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2. La forma como se mide la gestión y se mejora – seguimos viendo que no solo la estrategia de la organización se define de forma centralizada (que sigue pareciendo razonable) sino que también desde “el corporativo” se define cómo se diseñan, se ejecutan y se miden los procesos. Las empresas post COVID – 19 tendrán que descentralizar la forma como se define el diseño de sus principales procesos o sendas de valor. Tendrán que empoderar a esos equipos descentralizados y multi disciplinarios y darles la confianza y las herramientas para evolucionar y mejorar su desempeño todos los días con base en mediciones de ciclos muy cortos. El futuro será uno con equipos empoderados con capacidad e incentivos para tomar decisiones y mejorar con base en mediciones diarias o semanales de su gestión.

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3. La forma como se organizan los equipos – las estructuras basadas en áreas funcionales donde cada uno hace su parte y se espera que al final el rompecabezas quede armado se verán aún más obsoletas post COVID – 19. Es imposible responder a una crisis o generar valor al cliente a la velocidad que se exige hoy en día, tomando decisiones fraccionadas por área y esperando que cada silo actúe según sus incentivos individuales y su conocimiento particular. Las estructuras tendrán que incluir equipos interdisciplinarios basados en la generación de valor.

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El mundo globalizado, plano, funcionando 7X24 genera infinitas posibilidades y también enormes riesgos. Uno de esos riesgos era el de una pandemia y ya se materializó. Esperemos que la tragedia que cada día crece se pueda contener, pero aún si eso se logra, las organizaciones tienen que entender que el mundo es otro. No solo por lo que está pasando con el COVID – 19 sino por la evolución frenética en la forma de hacer negocios y generar valor.

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Estudiar, entender e incorporar nuevas formas de trabajar, basadas en paradigmas diferentes a los que aprendimos en el siglo XX y principios del XXI, será ya no una ventaja competitiva sino una cuestión de supervivencia.

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Carlos Zuleta L. - Socio Fundador REWIRE